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Sobre la fundación y el desarrollo temprano de Río Piedras

Alain Esaic

Río Piedras, o Río de Piedras, se considera uno de los primeros poblados fundados en Puerto Rico —el quinto o el sexto, dependiendo de la fuente—. En el año 1714 fundan el poblado para efectos de gobierno; la gestión se le atribuye al gobernador Don Juan de Rivera. Cayetano Coll y Toste afirma que la fundación se da en la finca "El Roble" de Don Francisco Aruz; de ahí surge la "Aldea del Roble". También llevó el nombre de "la Vega de las Garzas Blancas". El río que da nombre al pueblo está documentado y representado desde mucho antes de la fundación y antes se llamaba "las Lajas"; tan temprano como en el siglo XVII ya hay constancia de ingenios, estancias y casas alrededor del río. El primer plano que identifica al Caño de Martín Peña data de 1660 y también incluye al Río Piedras, cerca de San Mateo de Cangrejos (hoy Santurce); vemos al menos un ingenio localizado en la ribera del río. En otro plano de 1775, Río Piedras se clasifica bajo la denominación de “Pueblo”.


Plano de 1660 ( Aníbal Sepúlveda, 2004)
Plano de 1660 ( Aníbal Sepúlveda, 2004)

Plano de Juan de Surville en 1775 (Aníbal Sepúlveda, 2004)
Plano de Juan de Surville en 1775 (Aníbal Sepúlveda, 2004)

Las clases sociales en poder importaron mano de obra esclavizada para generar productos dentro de la actividad agrícola, muchos destinados a la capital. La fundación del pueblo estuvo vinculada a sociedades en desigualdad que giraban en torno a esta economía agrícola. En Río Piedras, el ingenio y la estancia jugaron un rol importante para la fundación del pueblo. En términos generales, el ingenio se refiere a zonas donde la siembra de azúcar era lo principal, contrario a la estancia, por ejemplo, que se conoce más bien por su variedad de cultivos. El cultivo de azúcar fue principal en las economías caribeñas dependientes de la esclavitud y monocultivos. Los ingenios, por ejemplo, prosperaron creando circunstancias y tradiciones que favorecieron la desigualdad. Viviendas y comarcas —casi todas bohíos— rodeaban a los ingenios azucareros, el eje del poder giraba en torno a la maquinaria. Así, poco a poco, se iba poblando el área con trabajadores necesarios para el proceso de alimentos. En 1775, Fernando Miyares describe el área de Río Piedras:

"Desde que se pasa la sierra, viniendo del partido anterior se encuentra este. Su vecindario está disperso y la iglesia situada en el Roble. De cuatro años a esta parte, se han fomentado muchas estancias y continúan, pues sin embargo de que las tierras no son tan superiores como otras de la isla, la proporción del buen camino y fácil transporte a la plaza [refiriéndose a la isleta de San Juan], reemplaza aquella corta desigualdad".

Cabe destacar que el germen del Río Piedras actual se ubica en lo que hoy es la calle Roble, o al menos cerca. La toponimia de dicha calle se remonta a la fundación y perduró hasta el presente. En esta zona originalmente se construyó la iglesia en madera y al parecer había gran cantidad de robles en el área. Miyares menciona la presencia de buenos caminos y la ventajosa posición geográfica del pueblo para la comunicación y el comercio con la isleta de San Juan. Este factor es clave para entender el asentamiento de Río Piedras, así como su crecimiento e importancia socioeconómica regional. Poco después de que Miyares describiera la región, en 1778, Abbad y Lasierra también hace mención de Río Piedras:

"A media legua del puente de Martín Peña está la iglesia parroquial del pueblo de Río Piedras, y tres casas situadas en una pradería, junto a un arroyo; las demás hasta el número de 267, habitadas de 1,369 almas, están en las vegas de diferentes riachuelos, que las fecundan, en las cuales tienen sus haciendas de caña de azúcar, algodón, café, cazabe y demás frutos del país, aunque generalmente se dedican a cebar ganados para el abasto de la Capital...".

Según el manuscrito de visita de 1824 de Pedro Tomás de Córdoba, funcionarios de alto rango del gobierno español buscaron disponer de terrenos con el fin de extender las obras públicas y reubicar la iglesia parroquial que se encontraba en pobre estado. Lo confirma el gobernador general Miguel de la Torre quien clasificó a la iglesia como apta para "reedificar". Esto es un periodo crítico de intensa trata esclava. Se hizo necesario llegar a un acuerdo con el propietario Francisco Arúz, quien poseía las tierras en donde originalmente se fundó "el paraje llamado El Roble". Este "convino voluntariamente en vender a los vecinos diez cuerdas". La segregación de estas diez cuerdas dio inicio al desarrollo de la plaza en el lugar donde la conocemos actualmente y posibilitó la reubicación de la iglesia parroquial al sitio actual bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar. El investigador Aníbal Sepúlveda apunta que "desafortunadamente no se ha podido localizar la ubicación exacta del primitivo asentamiento fundado en 1714 y que en efecto aparece en los mapas de la isla de ese periodo". Los barrios más antiguos o fundacionales eran el Roble, Caimito, Cupey y Monacillos.


Pedro Tomás de Córdoba, secretario de gobernación por más de veinte años, escribiría alrededor de 1831 su recuento del desarrollo urbano de la zona riopedrense:

Este pueblo se halla situado en el parage llamado el Roble, en la costa interior de la bahía de la Capitaal. Se fundó en 1714. Colinda por el N. con Cangrejos, por el S. con Caguas, por el L. con Trujillo y por el O. con Guainabo. Se le gradua un área de 6 leguas cuadradas. Tenía en 1824 de población 2302 almas y en 1828 llegó aquella a 3032 individuos, de los cuales eran blancos 452; mulatos 872, negros 614, agregados de todas castas 125 y esclavos 969... El año 1820 estaba el pueblo arruinado sin iglesia, celebrándose en un ranchón provisional. Hoy la población es de las mas agradables de la Isla. Se han construido nuevas y regulares casas, formado calles, y levantado el plano, quedando apenas algun solar que distribuir. Se ha emprendido la obra de la Iglesia con solidez, y se halla á punto de recibir el techo; toda ella es de ladrillo, muy capaz y de planta moderna. El cementerio cercado de mampostería, ha sido otra de las obras que se han hecho últimamente; y es extraordinario el aumento que ha recibido este pueblo en tan corto periodo... En 1828 habia en ella 41 artesanos, 77 extrangeros domiciliados y naturalizados, 16 pulperías y ventorrillos, más de 100 casas, cuando en 1824 solo habia 5 é igual número de bojios; en toda la jurisdiccion existian en aquella época 360 casas y 410 bojios".

Hay que tomar el optimismo de Tomás de Córdova con pinzas debido a los intereses que él mantenía para favorecer su posición como secretario de gobierno bajo el mando del gobernador Miguel de la Torre. Eso dicho, la intención de convertir a Río Piedras en una "gran ciudad", como diría Marcial Ocasio, se enmarca en la relación que el poblado sostenía con la economía de la esclavitud y una visión de Río Piedras como suplidor para otros pueblos, lo cual impulsó la construcción de rutas hacia otros municipios para facilitar el comercio, construcción que fue realizada en gran medida por la mano de obra forzada al trabajo no remunerado.

Variedad de fuentes confirman que Río Piedras servía de abasto a la Capital y en poco tiempo se convirtió en un sitio estratégico, razón por la cual se integró el camino hacia Caguas o "Camino Real". El "Camino Real" fue una obra representativa de una industrialización precoz en el siglo XIX que buscaba conectar los pueblos con el interior de la Isla con fines comerciales. En cualquier caso, las obras de construcción a partir del primer cuarto del siglo XIX resultan notables.


Plano de vista aérea de Río Piedras, perspectiva de N-S. Note el camino o Travesía de Trujillo, originándose en la actual calle de Diego. Plano militar de 1898.
Plano de vista aérea de Río Piedras, perspectiva de N-S. Note el camino o Travesía de Trujillo, originándose en la actual calle de Diego. Plano militar de 1898.
Tarjetas postales de Río Piedras (1903). 2: Calle Comercio. 3: Cuartel de la Policía. 4: calle Sol (de Diego). 5: Iglesia del Pilar.
Tarjetas postales de Río Piedras (1903). 2: Calle Comercio. 3: Cuartel de la Policía. 4: calle Sol (de Diego). 5: Iglesia del Pilar.

Las obras públicas viabilizarían las comunicaciones entre Río Piedras y sus zonas limítrofes. Entre 1869 y 1873, la Estación de Telégrafos en Puerto Rico enlazaría a Río Piedras con San Juan y Ponce. En 1873 se autoriza la construcción del ferrocarril; en 1880, un tranvía de vapor que llegara hasta San Juan y tan pronto como en 1900 existían carros eléctricos o "ferrys" transitando las calles del pueblo. En 1880 también se extiende la calle Sol (hoy, de Diego), también conocida antes como el "Camino Provincial" o "Travesía de Trujillo", puesto que se extendió bajo la intención de conectar con dicho pueblo. Para el año 1900, Río Piedras contaba con 13,760 habitantes.

Estas industrias de comunicaciones fueron generadas por clases que se beneficiaron de la trata esclava. Tal es el caso de Pablo Ubarri, el conde Santurce, quien en 1870 era el mayor propietario de esclavos en San Juan con un total de 18. Ubarri fue quien impulsó la construcción del tranvía de vapor en 1880.

Políticamente, apoyó la represión colonial de los puertorriqueños, como amigo íntimo de Romualdo Palacios durante el periodo de los y fiel a la Corona, es decir, anti-revolucionario. Era pro-España, pro esclavitud, capitalista "al servicio del gran comercio peninsular" y las "élites sanjuaneras", como lo ha descrito Negrón Portillo en su libro La esclavitud urbana en San Juan. Todavía muchos lo consideran como una de las figuras más importantes para el desarrollo de Río Piedras. Los terrenos de los Fonalledas le pertenecían a él originalmente, incluyendo Plaza las Américas.

El aumento demográfico riopedrense fue tan significativo que en 1903 se funda la Universidad de Puerto Rico ⎯por cierto, Ubarri se opuso a la fundación de la universidad⎯ con sobre 100 acres la American Fruit Company se había adueñado y con los fondos de la Escuela Normal de Fajardo. Pero antes de la fundación de la Universidad, algunos doce o quince años antes, ya se había fundado el Asilo de Huérfanas o Asilo la Protectora de la Milagrosa en la calle Sol. En la próxima publicación abundaré un poco sobre esta estructura que figuró ser uno de los centros educativos más importantes del casco de Río Piedras, incluso antes que la UPR.


Fuentes:


José A. Toro Sugrañes. Historia de los pueblos de Puerto Rico. Segunda edición, Río

Piedras, Puerto Rico, Editorial Edil, 1998.


Negrón Portillo y Mayo Santana. La esclavitud urbana en San Juan. Ediciones Huracán. Río Piedras, 1992.


Ocasio, Marcial. Informe Histórico de Río Piedras. Oficina Territorial del Municipio de San Juan. 1981


Ocasio, Marcial. Río Piedras: ciudad universitaria. Notas para su historia. Oficina Estatal de Preservación Histórica. San Juan, 1985.


Sepúlveda, Aníbal. Puerto Rico Urbano. Vol. 1-4. Ediciones Carimar. San Juan, Puerto Rico, 2004.


*Las citas de Abbad y Lassierra, Pedro Tomás de Córdova se consiguen en línea y creo que algunas se encuentran en el libro de Eugenio Fernández Méndez, Crónicas de Puerto Rico.


 
 
 

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